A medida que avanza la tecnología, cada vez son más importantes los datos. En la mercadotecnia actual las bases de datos son muy utilizadas por las empresas. Con ellas es posible identificar nuestros gustos y preferencias, identificar clientes potenciales y muchas otras opciones que optimizan la relación comercial con los clientes. Continuamente las diferentes plataformas toman datos de nuestras interacciones y también información personal. Es muy importante por tanto analizar cuál es la situación actual de la soberanía de datos. ¿Somos realmente dueños de la información que subimos a Internet?
Como los datos son tan relevantes en la economía moderna, han surgido un gran número de regulaciones a este respecto. La correcta gestión de los datos ofrece una gran cantidad de beneficios a las empresas, que pueden a su vez ofrecer servicios personalizados o dirigirse con más facilidad a un público determinado. También es muy útil para los usuarios, pues se traduce en una mejor respuesta por parte de los servicios tecnológicos que consumimos así como en una navegación más personal.
¿Qué es la soberanía de datos en tecnología?
El concepto de soberanía de datos no está muy alejado en el ámbito tecnológico de su definición normal. Podemos entender la soberanía como la capacidad de tener autoridad sobre un determinado campo. En política, por ejemplo, se utiliza para nombrar a la autoridad que es responsable de las decisiones que se toman en un determinado territorio, ya sea de forma directa o mediante representantes. En definitiva es un concepto que está vinculado a la autoridad y la toma de decisiones.
Con esto, queda claro, que cuando hablamos de soberanía de datos, nos estamos refiriendo a quién es el responsable (soberano) de esos datos. En principio puede parecer evidente que es el propio usuario el que es responsable y tiene autoridad sobre la información que sube a la red. Sin embargo, esto no es así en la práctica. Las empresas que gestionan los datos que les damos o que subimos son las que realmente tienen la responsabilidad legal de proteger dicha información. Estas organizaciones, sean del tamaño y del sector que sean, son las que tienen que cumplir con las Leyes en materia de protección de datos.
Las Leyes en cuanto a soberanía de datos según cada país
Estas Leyes son bastante diferentes según el país donde se vive. No obstante, la tendencia común a nivel mundial es poner cada vez más requisitos y una mayor regulación en estos temas. La razón es bien simple, a medida que crece la adopción de Internet y van aumentando los datos que se suben a la red, también se van endureciendo las medidas para que estos datos estén protegidos.
Las empresas, por tanto, tienen que cumplir con una serie de requisitos legales si quieren almacenar información de sus clientes y usuarios sin tener problemas legales. Las multas en caso de incumplimiento de estas políticas son bastante severas, por lo que hay que tener cuidado. Esta también es la razón por la que desde un principio hemos utilizado la política como ejemplo, ya que es este inseparable factor de la vida y la economía la que da lugar a estas normas.
La Unión Europea es desde 2016 la principal organización a nivel gubernamental en materia de regulación de protección de datos. No obstante, otros países y continentes no se quedan atrás y también están avanzando en este sentido hacia una mayor legislación de la información en Internet y como se procesa. En este sentido es importante analizar cada legislación por separado según el país, ya que a nivel empresarial esto influye no solo cuando gestionamos datos a nivel nacional o local, sino cuando hacemos negocios a nivel internacional.
Principales Leyes en cuanto a soberanía de datos en la Unión Europea
Podemos destacar tres reglamentos que son de obligado cumplimiento para todas aquellas personas que quieran tener una plataforma legal en el espacio de la Unión Europea. Aunque la Ley original de protección de datos data de 1995, no es hasta 2016 cuando se aprobó el reglamento que sigue vigente hoy en día.
- Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Esta Ley reglamentaria se creó con el objetivo de unificar las Leyes en materia de protección de datos dentro de la Unión Europea. En ella se establecen una serie de normas de obligado cumplimiento, bajo pena de multa en caso de no respetarse, en la que se establece como se deben guardar y solicitar la información personal de los usuarios. Esta Ley aplica tanto a aquellas empresas que proporcionan servicios desde la Unión Europea, como a las que ofrecen su plataforma a ciudadanos de estos países.
- El Reglamento sobre la libre circulación de datos no personales. Creada en al año 2019, su función es la de regular el movimiento de los datos entre países de la unión. De esta forma se pretende que la economía digital en Europa sea más competitiva respetando la información personal, pero aprovechando la no personal a nivel comercial.
- Reglamento Europeo de Ciberseguridad. Tiene como objetivo reforzar el papel de la Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad. Se trata de un reglamento en el que se establece el marco mediante el cuál se producirá la certificación de los productos, servicios y demás procedimientos digitales dentro de los países de la unión.
El Big Data y la cuarta revolución industrial
A la hora de crear una plataforma empresarial es importante que tanto el proveedor como el cliente sepan donde van a estar alojados la información de la empresa y de sus usuarios. En ITILCOM somos expertos en gestión de datos y creación de servidores en la nube para empresas. Nuestros servicios se adaptan a la regulación vigente en la Unión Europea. También, disponemos de una consultoría con el fin de analizar las posibles deficiencias a nivel legislativo que pueda tener una determinada plataforma o sitio web.
Si quieres saber más sobre la soberanía de datos y la importancia que tiene esta en cualquier negocio que se realice a través de Internet, no dudes en rellenar nuestro formulario de contacto. En muchas ocasiones no se le da a este aspecto la importancia que se merece y esto acaba derivando en fuertes sanciones que son perfectamente evitables.